Cambie su televisor por una bombilla
gigante si quiere iluminarse. Si se deslumbra lo suficiente, puede que descubra
el valor del tiempo. Creo que se menosprecian las sombras, ahí está la luz con
su verdad. ¿Cuántas irreconciliables versiones de ella hemos creado? Tantas
como dioses. Creadores de galaxias… Y unos cuantos fractales hacia dentro, impulsos
eléctricos en un cerebro humano, nuestro universo mental en un órgano
palpitante. Somos por tanto, contracciones y latidos, pálpitos, reacciones
fluyendo… Infinitas combinaciones, caminos.
25.10.12
22.10.12
la mirada ajena
¿A quién buscas al mirar de frente una cámara? ¿A quién hablas a través de un micrófono? ¿Para quién se escribe cuando se sabe que va a ser leido? ¿Es solo la patológica necesidad de aceptación ajena lo que lo impulsa? ¿Tanto mueve esa enfermedad del alma el mundo? ¿Hacia dónde lo desplaza?
Lo que está claro es que el viaje es de ida y nos aleja de nosotros mismos. Caminos preconfigurados que parecen haber sido dictados con la severidad de una cadena de montaje. Las mismas ideologías de antaño trazando paralelismos eternos con el presente. La historia de los animales que no miraban su interior más allá del ombligo. Incontables leyendas sobre el mismo error. Momentos irrepetibles que no dejan de ser observados, analizados, estudiados, ¿comprendidos? Puede...
La ironía mueve el mundo...
8.10.12
a la incertidumbre...
Tú, que asombras sin dejarte ver. Creando
temor en los cobardes y pasión en los aventureros. Sin permitir censuras desde
tu habitual y confusa oscuridad. Campando a tus anchas y dejándote caer sobre las
manos del mundo como un chorro de agua. Acompañándonos en nuestro viaje,
siempre un paso por delante. Tú, por quién muchos viven, y por lo que otros se
paralizan y dormitan. Nunca dictando un camino a seguir, y a pesar de todo, inevitable
es nuestro encuentro. Inundando el futuro de posibilidades. Tú, que llenaste el
pasado solo para que pudiéramos dejarlo atrás.
Y solo hablas a través de signos. Tu
rostro es conocido por quién no usa los ojos para ver. Brilla ultravioleta tu
lenguaje onírico y en el infrarrojo pareces callar. Sin entregarte a nadie en
exclusividad y construyendo puentes entre las mentes. Contando historias a los
unos sobre los otros. Formando parte de la naturaleza más allá de lo humano. Tu
conversación sería eterna si pudieras hablar. Porque ya lo es, si se te sabe
escuchar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)